El comercio internacional y la elección de la moneda de denominación han sido temas de discusión en el ámbito académico y de inversión. No obstante, lo que resulta primordial es entender que lo más importante no es la moneda en sí misma, sino los activos en los que los exportadores deciden invertir los ingresos generados por sus exportaciones.
Fuente: IMF Data |
Por otro lado, China tendría que renunciar al control de su política monetaria y abandonar sus superávits a favor de déficits permanentes. Sin embargo, lo anterior es poco probable, debido a que los países que acumulen activos en RMB a cambio de los excedentes producidos por sus exportaciones, perderían la libertad de mover sus capitales.
La afirmación previa sugiere que China tendría que enfrentar un ajuste político y económico muy disruptivo si abandonara el control de su política monetaria para aumentar la aceptación del RMB como moneda de reserva en el comercio internacional. La política monetaria ha sido clave en el mantenimiento del crecimiento económico y la estabilidad financiera de China, por lo que su abandono resultaría en una pérdida de control significativa sobre la economía y la población. Esto supondría un gran desafío para el sistema político chino, que ha mantenido un control estricto sobre ambos aspectos.
En resumen, China se enfrentaría a un trilema de política monetaria que ofrece opciones como el movimiento libre de capitales, la política monetaria autónoma o el tipo de cambio fijo, pero solo se pueden elegir dos opciones.
Fuente: The policy trilemma |
La idea principal de este artículo es que, aunque el debate sobre la moneda utilizada en el comercio internacional es interesante, lo más relevante es determinar en qué activos desean invertir los exportadores los ingresos generados por sus exportaciones. El cambio de moneda de denominación, como la transición del dólar al RMB u otra moneda emergente, no puede ocurrir de manera aislada. Debe estar acompañado por un cambio en la disposición de los exportadores para acumular activos en la nueva moneda y, en el caso específico del RMB, por una transformación política y económica en China.
La sugerencia de este artículo para los inversionistas es que, al evaluar la posibilidad de que una moneda reemplace al dólar como moneda de reserva internacional, deben tener en cuenta no solo la moneda en sí, sino también la disposición de los exportadores para acumular activos en ella y la capacidad del país emisor para realizar ajustes en su política monetaria y su balanza comercial. Aunque la idea del RMB u otra moneda emergente como sucesora del dólar ha ganado cierta importancia, es importante tener en cuenta que hay obstáculos significativos y no triviales para su adopción generalizada. Por ende, apostar en contra del dólar implicaría grandes perdidas en el corto a mediano plazo.
Comentarios
Publicar un comentario