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Valorizando a CCU

Si bien el mercado de valores establece un "precio" para una empresa, este precio a menudo se verá afectado por una amplia gama de factores, algunos de los cuales pueden no perturbar el valor real o el valor intrínseco de la empresa. Al comparar el precio de mercado con el valor intrínseco de una empresa, o un conjunto de empresas o índices, los inversionistas pueden determinar si las acciones de una empresa están potencialmente sobrevaloradas o infravaloradas. Hay muchos métodos que se pueden utilizar para determinar el valor intrínseco de una empresa. Tradicionalmente los analistas financieros ocupan dos enfoques: flujos de caja descontados (DCF por sus siglas en inglés) y valoración relativa. En el siguiente artículo me enfocaré en el primero. DCF es el método más aceptado para calcular el valor razonable de una empresa. Se basa en la premisa de que el valor intrínseco de una empresa es el valor total de su flujo de efectivo entrante menos sus gastos (técnicamente llama

Impopular, pero no hay una píldora mágica para escapar de ella.

Los mercados son instancias en donde se transan bienes y servicios, los cuales actúan como sistemas descentralizados, gobernados por relaciones caóticas y fuertemente influenciados por factores estocásticos, es decir, son sistemas complejos. Los agentes económicos que cotizan, compran y venden los instrumentos agregan información proveniente de estímulos externos basados en riesgos macro económicos. Dentro de esos mercados, esta el mercado de bonos soberanos, los cuales transan las expectativas de crecimiento e inflación para el gobierno central de un país. Ambas variables se pueden ver desde dos ángulos complementarios: mercado secundario y balance fiscal.